Grupos ambientalistas y comunitarios durante conferencia de prensa en oposición a las plantas incineradoras. (suministrada)

La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) anunció que podría aprobar el desarrollo de una planta incineradora, o de conversión de energía, en el barrio Cambalache en Arecibo. Esta intención de aprobación, de la cual Atabey recibió una copia, indica que dicho permiso estará sujeto a los comentarios del público, luego que sean publicados los anuncios correspondientes en los periódicos El Vocero y El Norte. Las personas tendrán 45 días para someter los comentarios. La EPA envió la notificación, firmada por John Filippelli, director de la División de Protección y Planificación Ambiental, al presidente de la compañía Energy Answers, Patrick Mahoney, con fecha del 8 de mayo de 2012.

«Hemos recibido notificación oficial hoy de que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos ha hecho una determinación preliminar de aprobar el permiso para la facilidad de producción de energía y recuperación de materiales propuesta por Energy Answers para el Municipio de Arecibo», expresó Mark Green, director del proyecto en Puerto Rico. «Este permiso, que ha seguido un riguroso proceso de evaluación por expertos en la Región 2 de la EPA en Nueva York, demuestra que la Planta de Recuperación de Recursos y Generación de Energía propuesta por Energy Answers cumple con los estándares de aire estrictos que han sido establecidos específicamente para proteger la salud humana y el medio-ambiente. Esta aprobación preliminar es una validación adicional a las aprobaciones recibidas de las agencias locales, de que la propuesta de Energy Answers es segura y capaz de operar dentro de todos los estándares aplicables».

«Consideramos que es un gran avance para el manejo de los desperdicios sólidos en Puerto Rico y la producción de energía renovable alterna. Estamos un paso más cerca para tener la oportunidad de contar con una tecnología probada de conversión de basura en energía, nueva en la historia de Puerto Rico, que garantizará un manejo de la basura ambientalmente responsable y con mucho menos impacto ambiental que nuestras prácticas actuales», dijo además Green en un comunicado oficial. «Estamos confiados en que este proyecto es parte de la solución real para el manejo de la basura en el área norte y a su vez, tendrá un efecto positivo en la economía de Arecibo y sus pueblos vecinos con la creación de nuevo desarrollo económico y empleos, que tanta falta hacen en esa región».

Históricamente, el pueblo puertorriqueño se ha opuesto a la instalación de incineradores. En el caso de Arecibo, según Javier Biaggi, del Sierra Club, ésta no es la primera vez que se propone una instalación de este tipo para el pueblo. También en Barceloneta, en el sector Magueyes, se propone otro incinerador, o planta de gasificación, y los barcelonetenses se han opuesto en vistas públicas, foros y entrevistas. Ambos grupos opositores proponen el reciclaje y la filosofía de «cero basura».

“Si nosotros tuviéramos un buen sistema de salud pues los riesgos se minimizan […]. Barceloneta y Arecibo están en la zona de más alta concentración de asma y de cáncer y son las zonas que han sufrido una industrialización brutal abierta y sin controles porque francamente el gobierno no tiene los dientes para cerrar ningún gran contaminante. En la historia de la Junta de Calidad Ambiental ningún contaminante importante lo han cerrado. Ellos cierran los talleres de hojalatería y pintura, la fabriquita de aquél, la fabriquita del otro, […] pero ninguno de estos grandes contaminadores nunca los ha cerrado», expresó recientemente Biaggi a Atabey.

Acorde a Biaggi, la quema de basura produce dioxinas. Estas moléculas son bien estables y venenosas. Aunque estas plantas tienen filtros, Biaggi señaló que la misma EPA ha informado que no hay ninguna tecnología que lleve a cero las emisiones tóxicas, por lo que siempre hay una contaminación. En el caso de las dioxinas, éstas son solubles en grasa, por lo que las especies y los seres humanos la pueden absorber, y puede tener efectos dañinos y permanentes.

“Inmediatamente si hay voluntad política las agencias de gobierno, en uno dos por tres, empiezan un programa de reciclaje y ya, no necesitan dos semanas, para que por lo menos un 66% se pueda reciclar. El problema es que han tenido la oportunidad y las han hecho fracasar […]. Esas son tecnologías pasadas de moda. Si es tan buena la tecnología, ¿por qué no todo es Estados Unidos no está en esa? De las 124 [plantas] que había en el 1991 quedan 88.

Alexis Molinares, ecólogo y asesor de Energy Answers, explica a la prensa el procedimiento para utilizar las bombas del Caño Tiburones. Le acompañan, desde la izquierda, Javier Vélez Arocho (biólogo y asesor), Pedro Morales (residente de Arecibo) y Rafael Toro (abogado ambiental y asesor). (foto por Marielisa Ortiz)